Componente Espiritual

 el síntoma como llave hacia el despertar de conciencia

Sanación desde el alma

Para muchas personas, el síntoma físico o emocional puede ser el inicio de un camino de despertar espiritual. Lo llamamos el hilo de Ariadna, que si lo seguimos con honestidad, nos conduce al reencuentro con nuestra esencia.

En nuestra consulta en Vigo, acompañamos este proceso desde una mirada compasiva, sin juicios y sin ego terapéutico, adaptándonos al ritmo de cada alma, respetando su nivel de conciencia y su momento vital.

La mayoría de las personas que entramos en la consulta de algún especialista, concebimos al síntoma como algo muy molesto que queremos que se vaya lo antes posible, que desaparezca, a poder ser más pronto que tarde. Nuestro anhelo es que el síntoma se vaya por donde vino y que nosotros podamos seguir con nuestra vida como hasta antes de que la enfermedad llamara a nuestra puerta. Y esto está bien!

Ocurre, que a medida que vamos siendo más conscientes, empezamos a concebir al síntoma, como la llave que abre la puerta a un camino de descubrimiento interno.
Gracias al síntoma puedo descubrir lo que me he creído, el sistema de creencias que estaba sosteniendo, sin ni siquiera ser consciente de ello, y descubrir que yo no soy los pensamientos y creencias de mi mente, sino que soy el observador de las mismas. Como dice Krishnamurti: "No eres la charla que oyes en tu cabeza. Eres el ser que escucha esa charla."
Gracias al síntoma, puedo alcanzar una esfera más amplia, y es entonces, cuando el síntoma, como expresa uno de mis profesores, se convierte en el hilo de Ariadna, del que puedo tirar para el despertar espiritual.
Cada persona, dependiendo del estado consciencial, avanza en cada una de las esferas. Así con el mismo síntoma hay personas que lo verán y tratarán desde una prespectiva física, farmacológica, higienista, emocional, mental, espiritual, etc.........Y todo está perfecto!!

En nuestro propio recorrido personal, hemos aprendido a soltar el ego terapéutico, tratamos de acompañarte adaptándonos nosotros a tí, y no al revés.